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con e de eSalud
Rosa Taberner es Médico adjunto de Dermatología en Hospital Son Llàtzer de Palma de Mallorca (Islas Baleares). Autora del blog de dematología cotidina, Dermapíxel, es -además- colaboradora del programa de radio Mallorca en Xarxa. Una apasionada del submarinismo afición que nos transmite en múltiples ocasiones a través de las redes y sus magníficas fotografías, activa blogger y tuitera, es una profesional vital que comparte su conocimiento en las redes en beneficio de todos.
¿Qué es para ti la eSalud?
Para mí, y supongo que para mucha gente, la eSalud es la aplicación de todas las posibilidades que nos ofrece internet en nuestro trabajo como profesionales de la salud, tanto a la hora de acceder rápidamente a la información que necesitamos, mejorar nuestra productividad y, sobre todo, en la medida en que permite comunicarnos con pacientes y otros profesionales, tanto para aprender como para enseñar.
«La eSalud nos permite comunicarnos con pacientes y profesionales, tanto para aprender como para enseñar»
¿En qué la empleas en tu día a día profesional?
En mi horario laboral suelo utilizar Evernote tanto para guardar como para acceder a información de referencia, y confieso que a veces, si la consulta lo permite, le echo un ojo a Twitter. Ya fuera de la consulta intento exprimir Twitter al máximo, utilizo Feedly para no perderme nada, Zotero como gestor de referencias bibliográficas cuando estoy escribiendo algún artículo, y escribo las dos entradas semanales de mi blog, Dermapixel, que luego difundo a través de las diferentes redes sociales (desde la página de Facebook, Twitter, LinkedIn y Google Plus). Todo eso hace que además tenga que pasarme un buen rato moderando y contestando comentarios en el blog, en muchos casos de pacientes.
¿Cómo aceptan tus pacientes el uso de las nuevas tecnologías aplicado a su salud?
Aunque soy firme defensora del uso de las TICs por parte de los pacientes, confieso que no es algo que promueva de entrada (supongo que por falta de tiempo), pero si el paciente me pregunta o me pide cómo buscar información en Internet o que le recomiende una App, entonces la brecha digital desaparece e intento guiarle en ese mar de información. La experiencia siempre es buena, pero creo que es algo que no hay que forzar.
¿Cómo crees que otros profesionales están aceptando la entrada de esta nueva forma de trabajar en salud?
De manera bastante similar que con los pacientes. La brecha digital existe también entre los profesionales de la salud y no todo el mundo se siente cómodo en ese mundo de bits, aunque luego las ventajas sean evidentes. La diferencia es que a día de hoy la eSalud es algo opcional para el paciente, pero cada vez lo es menos para el profesional sanitario (historia clínica electrónica, telemedicina, etc.). Esta “obligatoriedad” puede generar una sensación de rechazo y que más de uno tenga la tentación de tirar el PC por la ventana en vez de explorar las posibilidades que nos ofrece en nuestro trabajo. Por otra parte, Internet y las redes sociales han supuesto una democratización del conocimiento y también de las relaciones interpersonales, y un cambio de paradigma lejos de esa actitud paternalista de antaño. Esa nueva situación de estar en un mismo nivel, profesionales y pacientes, tampoco es aceptada por todo el mundo, aunque estoy convencida de que es una cuestión de tiempo.
«A día de hoy la eSalud es algo opcional para el paciente, pero cada vez lo es menos para el profesional sanitario»
¿Qué beneficios (o perjuicios) destacarías del uso de las nuevas tecnologías?
Los beneficios son obvios: acceso ilimitado a la información para todo aquel que quiera aprender, y que cualquiera que tenga algo que explicar tenga su trocito de escaparate al mundo entero. Con constancia, rigor y sin respaldo económico, esto permite que cualquier profesional pueda abrirse al mundo si tiene cosas interesantes que explicar. Las redes sociales no hacen sino amplificar todo este fenómeno hasta límites insospechados.
Los perjuicios para los profesionales seguramente vienen determinados por esa visibilidad que muchas veces buscamos, pero que en ocasiones puede volverse en nuestra contra. Y es que la reputación digital es algo que puede ser muy frágil y hay que saber gestionar. Desde la perspectiva del paciente creo que el principal inconveniente es que no siempre es fácil distinguir la información rigurosa y fiable de la que no lo es, y en ocasiones se le otorga la misma validez a lo que escribe un profesional independiente y con rigor científico de otro tipo de información con intereses más bien comerciales o incluso más oscuros. No todo el mundo tiene la formación o la capacidad para separar el grano de la paja.
«Para el paciente no siempre es fácil distinguir la información rigurosa y fiable de la que no lo es, y en ocasiones se le otorga la misma validez a lo que escribe un profesional independiente y con rigor científico de otro tipo de información con intereses más bien comerciales»
¿Porqué te animaste a colaborar con la Asociación de Investigadores de eSalud (AIES)?
Cuando me enteré de que se había constituido la asociación, no me lo pensé. Además, conozco a casi todos los miembros, al menos “virtualmente” y si se trata de promover la eSalud en nuestro entorno, lo que estamos haciendo es formalizar de alguna manera nuestro día a día. Ordenar de alguna manera todas esas iniciativas individuales en esta plataforma puede ser muy interesante y enriquecedor, al menos para mí.
Y por último: La pregunta a la que siempre contestarías, «me encanta que me hagas esa pregunta»
No soy lo suficientemente “famosa” como para tener una pregunta fetiche, pero sí hay una cuestión que creo que sigue en el aire. Y es:
¿Qué podemos hacer los profesionales de la salud para que Internet sea cada vez más fiable para los pacientes?
En vez de protestar cada vez que entre un paciente en la consulta con tratamientos supuestamente milagrosos para curar su psoriasis o preguntando por qué no le hacen ciertas pruebas sofisticadas, yo propongo inundar la red de contenidos rigurosos, tanto para pacientes como para otros sanitarios, desde blogs propios, pero también desde las instituciones, editando entradas en la Wikipedia y otras maneras que seguro que entre todos se nos pueden ocurrir gracias a iniciativas como AIES.
¡¡Gracias!!